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La magia de las artesanías guajiras

En el baúl de recuerdos, en el rincón de las reliquias de un viajero, no puede faltar un tejido guajiro, de esos tan coloridos que llenan de alegría. Naturaleza y Fantasía quiere que cuando visites la Guajira colombiana, también conozcas su culturas y no dejes de comprar una de sus hermosas artesianas. 

El departamento de La Guajira cuenta con más de 800 artesanos que elaboran sus artesanías con el fin de subsistir; el eje fundamental de todas las artesanías indígenas y mestizas de La Guajira es el tejido. Con él se logra hacer múltiples prendas que van desde un simple fajón hasta una lujosa y hermosa manta guajira. Las principales artesanías que elaboran son las mochilas, los chinchorros, las mantas, waireñas, bolsos, fajas o kannas, y en la orfebrería las pulseritas de palitos, los collares de coquito, los poporos, los portamateras y los búhos, ideales para llevarle de recuerdo a un ser querido. En la alfarería realizan las múcuras y las mascaras. La materia prima usual es el hilo de algodón mercerizado.

Las mochilas

No hay en toda La Guajira un adminículo artesanal más polifuncional que una mochila; es el complemento de su vestuario y sirve incluso como implemento decorativo al colgarse de los horcones de las habitaciones. Su materia prima ha sido tradicionalmente el maguey y el algodón.

Las waireñas

Son unas sandalias típicas del wayuu y que a la vista ofrece el simplismo de su diseño: una suela de caucho, cubierta por delante con un trazado abierto por su parte anterior, para dar paso al dedo gordo, la cubierta se ajusta por detrás y lateralmente con una bandita tejida que bordea el talón y se adhiere en dos hendiduras posteriores de la suela.

Existen de dos tipos tradicionales: las masculinas sencillas y sin adornos de ninguna especie y las femeninas caracterizadas por unas vistosas borlas colocadas adelante.

 Los chinchorros y hamacas

El chinchorro y las hamacas son los principales elementos de la cultura wayuu y se vinculan a todo el acontecer de su ciclo vital. En ellos se duerme, se come y se pasan ratos de ocio. Es mueble de sala para recibir visitas y dialogar entre allegados, e incluso sirve de mortaja y sarcófago para los ancianos difuntos. Los chinchorros tienen una estructura que presenta siempre las mismas partes:

  • Una pieza central, tejida en múltiples técnicas y colores
  • Las cabeceras, que son un conjunto de remates trenzados
  • Las cabuyeras, elaboradas en tejidos planos
  • Los hicos, cuerdas torcidas con las cuales se cuelgan flecos tejidos en crochet.

En los bordes del chinchorro habitualmente se cose una cenefa espléndidamente decorada con figuras alusivas a la cultura wayuu. En ocasiones se reemplaza por el nombre del propietario del chinchorro.

Las mantas

Se confeccionan con telas de algodón, estampadas y multicolores. Según su técnica hay confecciones muy sencillas pintadas a mano, bordadas, con aplicaciones en crochet y las paleteadas. La manta guajira ha traspasado las fronteras patrias y, hoy por hoy, ocupa un sitial de permanencia dentro del contexto modelístico nacional; tan es así, que incluso la han lucido en certámenes de belleza.

 Los sombreros

El sombrero guajiro se extrae de una especie de paja cultivada en la Serranía de la Macuira. Son diseños variados e incluyen figuras geométricas, creces y torres; el color predominante es el negro, por la coloración propia de su materia natural al teñirse.

Las pulseras

Sacadas de una planta llamada kashisnai, para los wayuu tienen una doble connotación engalanística y sugestiva. Desde niñas, a las mujeres se les colocan las pulseritas en sus muñecas, sirviéndoles para resaltar su vanidad. También se considera como un talismán, con la portentosa virtud de galvanizar el entusiasmo y la fe por el trabajo cuando se trata de elaborar un tejido.

Los collares de coquitos

Para su manufacturación se utiliza la concha de coco, completamente libre de la pulpa; se calienta con el fin de adelgazar sus paredes todo lo necesario y con sacabocados se extraen los pedacitos de la corteza, quedando ésta como un colador, en tanto los trocitos obtenidos son oscurecidos con aceite vegetal. La fase de este proceso de alquimia artesanal consiste en el pulimento con arena de playa y el engastamiento en hilos.

El poporo

Es un calabazo llamado también bangaño, cuya original configuración de botella de largo cuello se encuentra en la misma naturaleza; pero esta caprichosa morfología se complementa con un voluminoso abultamiento alrededor del cuello.

Prepárate, ven y disfruta, toma las mas sensacionales fotografías, lleva tus recuerdos y videos, conoce y trata nuestras comunidades indígenas, siente su amabilidad y gentileza, vive esta hermosa COLOMBIA.