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7 de julio – Día de la Conservación del Suelo

En nuestro país, el 75 por ciento del territorio está sujeto a procesos erosivos causados por las actividades agrícolas, ganaderas y forestales. La desaparición de bosques provoca desestabilización y erosiona los suelos.

 La desertificación es el resultado de fenómenos naturales que pueden agruparse en tres grandes categorías: la deforestación, el uso desequilibrado del suelo y el mal uso de la mecanización. A medida que aumenta la degradación de las tierras, también se degrada la calidad de vida de quienes la habitan.

A pesar de contar con paisajes tan diversos como áridos desiertos, paradisiacas playas, tupidos bosques, caudalosos ríos, espesas selvas y majestuosos nevados, podría asegurarse que actualmente Colombia no tiene “dientes” para defender la sostenibilidad de sus ecosistemas.

Según el estudio de conflictos de uso del suelo del Instituto Geográfico Agustín Codazzi, de las 114.174.800 hectáreas que conforman el territorio nacional, tan solo el 16,07 por ciento está cobijado bajo la categoría de “área de protección legal”, tales como parques naturales, reservas forestales y distritos de conservación y de manejo integrado. 

Es decir que tan solo 18.348.745 hectáreas cuentan con la protección de la ley colombiana, y que por su importancia ecológica legalmente no pueden ser invadidas, cultivadas, explotadas o deforestadas por la mano del hombre.

Dentro de estas áreas protegidas se encuentran 56 Parques Nacionales Naturales, como Amacayacu, Catatumbo, El Cocoy, Los Flamecos, Los Nevados, la Sierra Nevada de Santa Marta y el Tayrona; y las 52 reservas forestales protectoras nacionales como el Bosque Oriental de Bogotá, La Cuchilla, Darién, la laguna La Cocha y los páramos Urrao.

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